Participar de algo que luego nos vamos a comer en la merienda es un placer. La verdad es que con huevos de casa las cosas toman otro color, normalmente mucho más rico y auténtico. Nos salieron unas rosquellas dignas de foto y lo cierto es que duraron mucho. Los que no podemos tomar azucar las tomamos con menos azucar de lo que salen en la foto pero duraron mucho menos, no dio tiempo ni a retratarlas...
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